Todos los meses, o cada dos o…. la que tiene surte cada …uffff¡¡¡ tenemos que ir a la peluquería, porque a cierta edad, o no, según tu genética, nos salen nuestras queridas y amadas canas contra las que todas queremos luchar como sea.

¿No habéis pensado más de una vez que martirios tenemos que pasar? Luego cuando sales de la pelu te ves guapísima la verdad pero, ¿y mientras te hacen las mechas? Bueno, me refiero a las mechas porque es lo más escandaloso respecto a apariencia, porque podríamos hablar del tinte, de la depilación a la cera, de las limpiezas de cara, de……

Siempre pienso cuando me empiezan a poner los papeles de plata que “parezco un cohete, me van a lanzar a la luna, que no aparezca nadie que conozco sobretodo del sexo contrario….”.  Aunque no sé si alguna lo sufrió o aun lo sufre, espero que no, el gorro, que era mucho peor que el papel de plata.

El gorro de las mechas ¿os acordáis? porque además de parecer una muñeca despeluchada y sufrir el dolor de sacar la mecha por un agujerito minúsculo con un ganchillo de metal que te llegaba hasta el cerebro,  a mí me daba la sensación de “chuquy, la muñeca diabólica” jaaaaajajjaja y además tenía que hacer uso de un gramo de paracetamol para poder aguantar el dolor de cabeza que me producía…ufff¡¡¡

Gorro

Papel de plata

Todo eso sin contar con el tiempo que pasas en pelu, entre que te ponen las mechas, te las dejan para que suban, te lavan la cabeza… y no sé cuántas cosas más, que te pueden llevar 2 ó 3 horas. Eso sí, te da tiempo a ponerte al día de todas las revistas¡¡¡ Yo hasta me llevo las agujas y me pongo a tejer, por aquello de aprovechar hasta el último momento.

¿Que pensais? ¿Nos merece la pena?

Seguro que si